16 septiembre 2007

TRAS LA BIBLIA (6): LOS NEFILIM Y EL CAMINO AL DILUVIO (GÉNESIS 6).


El capítulo 6 del Génesis es complicado, porque a la versión original del Yavista se superpuso un extenso fragmento por obra del Sacerdote. Al Yavista pertenece el famoso pasaje de los "hijos de Dios y las hijas de los hombres", muy característico de su cosmovisión en la que Yahveh no es la única criatura sobrenatural, sino que además hay bestias parlantes y ángeles rondando. Estos hijos de Dios son conocidos también como los nefilim. La Biblia habla de "gigantes" y de héroes famosos.

La intencionalidad del Yavista no es clara. Es posible que haya intentado compendiar una serie de material mitológico corriente en su época, quizás influido por la Epopeya de Gilgamesh, reduciéndolo todo a una breve mención (los nefilim). Se le adjudica a este pasaje un sentido moral: la irrupción de los nefilim se corresponde con el aumento de la maldad en la Tierra. Aunque cabe preguntarse si el Yavista tenía esta correspondencia a la vista. Como sea, la historia de los nefilim sirve para entroncar derechamente con el castigo que Yahveh enviará a la Tierra: el Diluvio Universal. Por cierto, nótese que el pecado de los nefilim es, para variar un poco, de carácter sexual: son los nefilim quienes encuentran hermosas a las hijas de los hombres y buscan desposarse con ellas...

Hay también otra interpretación que podríamos señalar como más sociológica. Según ésta, encontramos aquí una velada denuncia de los matrimonios entre clases sociales, ya que los hijos de los nobles y aristócratas ("hijos de Dios") habrían degenerado su propia condición amancebándose con doncellas proletarias ("hijas de los hombres"). Apoya esta interpretación, el hecho de que hablar de "hijo de hombre" en la Biblia es una metáfora para referirse a los propios seres humanos, y por tanto las "hijas de los hombres" serían simplemente las mujeres, el común o vulgo de ellas. Sin embargo, si bien es una explicación atendible, tampoco existen pruebas que la corroboren de manera contundente.

Los versículos 9 a 22 son indiscutiblemente del Sacerdote. Y aunque no lo fueran, es claro que los redactó alguien quien no era el Yavista, porque los versículos 11 a 13 reiteran en parte, de manera innecesaria, lo planteado en los versículos 5 a 7 (la maldad de los hombres crece, y por tanto los hombres deben ser castigados). Además, su redacción tiene una calidad literaria inferior. Y por si fuera poco, el Yahveh de estos versículos da una serie de detalladas instrucciones sobre la forma, estructura y dimensiones del arca de Noé, puntillismo muy propio del Sacerdote.

Por cierto, se ha debatido mucho sobre cómo el Diluvio Universal contradice la bondad de Yahveh, en particular considerando que si Dios es todopoderoso, entonces debió prever que los hombres serían débiles y se tornarían hacia el mal. Pero esto es ver el texto bíblico desde nuestra óptica cristiana, basada en el "Dios es amor". Para el Yavista, autor del texto de base, Yahveh está configurado a la manera de los dioses paganos, que pueden ser muy amables y comprensivos, pero también sumamente duros y despiadados, y todo esto a capricho. Esta concepción es común a la época, y no sólo entre los hebreos, porque se basa un poco en la imagen de los monarcas absolutos como el Faraón o los reyes suméricos y babilónicos, que efectivamente solían gobernar más o menos a capricho. Para el Yavista, Yahveh puede ser misericordioso (a veces), pero no es intrínsecamente bueno. Para el Sacerdote, por su parte, Yahveh es un dios de justicia, no de bondad. Puede que el Diluvio Universal haya sido una despiadada operación de genocidio, pero había justicia en barrer el mal de la Tierra, en concepto del Sacerdote, y por lo tanto es lógico que Yahveh tomara una actitud como ésta.

Terminemos señalando que la fuente del Diluvio Universal es la Epopeya de Gilgamesh, poema babilónico bastante anterior al texto del Yavista (un milenio, al menos). En la Epopeya figura un personaje secundario llamado Utnapishtim, reflejo a su vez de un personaje mítico sumérico aún más antiguo llamado Ziusudra, que fue prevenido por el dios Ea de una futura inundación por parte de los dioses (también para borrar la maldad humana), y que por tanto construye un arca para salvarse. Hay también una versión del Diluvio Universal en la mitología griega, a cargo de Deucalión y Pirra, pero estos personajes parecen casi insertados en el contexto general de los mitos griegos, por lo general bien engrasados unos personajes con otros, por lo que muchos sospechan que el mito de Deucalión y Pirra es una importación tardía desde el Medio Oriente, y no una historia mítica original griega.

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